























primero trata de no oir nada a si sea un alfiler domina tu mente
despues que lo haz intentado
depues relacionas ese no escuchar con el no pensar
despues solo viene
ese mismo empeño que pones en no escuchar lo poenes en no penzar
yo lo consegui en una noche y aproveche miestras dormia y lo seguire haciendo a esas horas
IV_89. En cualquier sonido interno en que la mente fije primero su atención, se puede lograr estabilidad cuando se funden (laya) mente y sonido.
IV_90. La mente absorta en nada no siente atracción por los objetos de los sentidos, igual que una abeja que cuando bebe el nectar (de las flores) no se preocupa de su olor.
IV_91. El afilado hierro de nada refrena la mente, que se comporta como un elefante loco (dificil de controlar) vagando por el jardín de los objetos sensoriales.
(aquí se hace referencia a pratyâhara, que consiste en alejar la mente de los objetos de los sentidos)
IV_92. Cuando se ha despojado a la mente de su (habitual) naturaleza inquieta y se halla sujeta con las cuerdas de nada, alcanza la mayor estabilidad, como un pájaro al que se le han recortado las alas.
IV_93. El que desea alcanzar el dominio del yoga ha de reducir al máximo toda la actividad mental y, con la mente totalmente concentrada, meditar exclusivamente en nada.
(es decir, la mente debe volverse una con nada, lo cual representa el estado de dhyâna)
Semejanzas.
IV_94. Nada es como la trampa que captura al ciervo interno (la mente); y también como el cazador que mata al animal interior (el pensamiento conceptual).
IV_95. Nada es como el cerrojo de la puerta que encierra el caballo (el pensamiento conceptual) del yogui; por consiguiente, se ha de meditar diariamente sobre nada.
IV_96. La mente y el nada son como el mercurio y el sulfuro que, cuando se unen, la mezcla se solidifica y el mercurio (la mente) pierde su naturaleza activa, capaz incluso de moverse sin apoyo en el akâsha de brahman.
IV_97. Cuando la mente se sumerge en nada es como una serpiente absorta en la unidad, que se olvida de toda inquietud y no huye a ninguna parte.
Asamprajñatasamadhi.
IV_98. El fuego que quema un trozo de madera se apaga cuando ha consumido toda la madera; así también la mente, cuando permanece concentrada (y no busca mas combustible), se disuelve en nada.
IV_99. La mente (antahkarana) es como un ciervo que, atraído por el sonido del reclamo, se queda inmóvil y puede ser herido facilmente por un arquero (es decir, totalmente silenciada por aquel que domina prâna).
IV_100. Lo que se puede oir ahora es la resonancia mística de un sonido; y la quintaesencia de eso que se oye es el supremo objeto de conocimiento, la consciencia absoluta (caitanya); antahkarana (mente) se vuelve una con caitanya, se disuelve en ella; este es el supremo estado de Vishnu (el omnipenetrante ser).
IV_101. El concepto de akâsha (el substrato del sonido) existe sólo mientras el sonido puede escucharse; la máxima realidad (brahman) expresada en el silencio, es el supremo âtma.
IV_102. Todo lo que se escucha bajo forma del místico nada es realmente shakti; es el estado que está más allá de toda forma, en el que los elementos (tattva) se disuelven (laya), es el Supremo Señor (parameshvara).
Unmaniavastha.
IV_103. Todas las prácticas del hathayoga y el layayoga no son más que medios para conseguir el rajayoga; quien logre el rajayoga triunfará sobre la muerte.
IV_104. La mente es la semilla, el hathayoga el suelo y vairâgya el agua; con estos tres elementos crece rápidamente el árbol (kalpavriksha) del unmani-avastha.
(el kalpavriksha es un árbol mítico que cumple todos los deseos; en el estado de trascendencia mental unmani-avastha también se cumplen todos los deseos)
IV_105. Por medio de la constante meditación en nada, se destruyen todos los deseos acumulados, y la mente y el prâna se disuelven definitivamente en la inmaculada consciencia absoluta (vacía de todas las gûna).
IV_106. Durante unmani-avastha el cuerpo se parece a un trozo de madera y el yogui no se inmuta ni por los fuertes sonidos de la concha marina ni por el del dundubhi.
IV_107. El yogui que supera todos los estados y se libera de todos los pensamientos, parece como muerto (es decir, inmutable ante los estímulos externos) y se halla liberado, sin duda alguna.
(hay cinco estados o avasthâ: jagrat, svapna, sushupti, murcha y marana)
Samadhi.
IV_108. Un yogui en samâdhi no resulta dominado por el proceso del tiempo (la muerte), ni por el fruto de las acciones (karma); nada ni nadie puede afectarle.
IV_109. Un yogui en samâdhi no recibe nada a través de los sentidos; no se conoce a si mismo ni a los demás.
IV_110. Aquel cuya mente no está despierta ni dormida, libre de los recuerdos y del olvido, para quien nada permanece quieto o activo, es realmente un liberado (jivanmukti).
IV_90. La mente absorta en nada no siente atracción por los objetos de los sentidos, igual que una abeja que cuando bebe el nectar (de las flores) no se preocupa de su olor.
IV_91. El afilado hierro de nada refrena la mente, que se comporta como un elefante loco (dificil de controlar) vagando por el jardín de los objetos sensoriales.
(aquí se hace referencia a pratyâhara, que consiste en alejar la mente de los objetos de los sentidos)
IV_92. Cuando se ha despojado a la mente de su (habitual) naturaleza inquieta y se halla sujeta con las cuerdas de nada, alcanza la mayor estabilidad, como un pájaro al que se le han recortado las alas.
IV_93. El que desea alcanzar el dominio del yoga ha de reducir al máximo toda la actividad mental y, con la mente totalmente concentrada, meditar exclusivamente en nada.
(es decir, la mente debe volverse una con nada, lo cual representa el estado de dhyâna)
Semejanzas.
IV_94. Nada es como la trampa que captura al ciervo interno (la mente); y también como el cazador que mata al animal interior (el pensamiento conceptual).
IV_95. Nada es como el cerrojo de la puerta que encierra el caballo (el pensamiento conceptual) del yogui; por consiguiente, se ha de meditar diariamente sobre nada.
IV_96. La mente y el nada son como el mercurio y el sulfuro que, cuando se unen, la mezcla se solidifica y el mercurio (la mente) pierde su naturaleza activa, capaz incluso de moverse sin apoyo en el akâsha de brahman.
IV_97. Cuando la mente se sumerge en nada es como una serpiente absorta en la unidad, que se olvida de toda inquietud y no huye a ninguna parte.
Asamprajñatasamadhi.
IV_98. El fuego que quema un trozo de madera se apaga cuando ha consumido toda la madera; así también la mente, cuando permanece concentrada (y no busca mas combustible), se disuelve en nada.
IV_99. La mente (antahkarana) es como un ciervo que, atraído por el sonido del reclamo, se queda inmóvil y puede ser herido facilmente por un arquero (es decir, totalmente silenciada por aquel que domina prâna).
IV_100. Lo que se puede oir ahora es la resonancia mística de un sonido; y la quintaesencia de eso que se oye es el supremo objeto de conocimiento, la consciencia absoluta (caitanya); antahkarana (mente) se vuelve una con caitanya, se disuelve en ella; este es el supremo estado de Vishnu (el omnipenetrante ser).
IV_101. El concepto de akâsha (el substrato del sonido) existe sólo mientras el sonido puede escucharse; la máxima realidad (brahman) expresada en el silencio, es el supremo âtma.
IV_102. Todo lo que se escucha bajo forma del místico nada es realmente shakti; es el estado que está más allá de toda forma, en el que los elementos (tattva) se disuelven (laya), es el Supremo Señor (parameshvara).
Unmaniavastha.
IV_103. Todas las prácticas del hathayoga y el layayoga no son más que medios para conseguir el rajayoga; quien logre el rajayoga triunfará sobre la muerte.
IV_104. La mente es la semilla, el hathayoga el suelo y vairâgya el agua; con estos tres elementos crece rápidamente el árbol (kalpavriksha) del unmani-avastha.
(el kalpavriksha es un árbol mítico que cumple todos los deseos; en el estado de trascendencia mental unmani-avastha también se cumplen todos los deseos)
IV_105. Por medio de la constante meditación en nada, se destruyen todos los deseos acumulados, y la mente y el prâna se disuelven definitivamente en la inmaculada consciencia absoluta (vacía de todas las gûna).
IV_106. Durante unmani-avastha el cuerpo se parece a un trozo de madera y el yogui no se inmuta ni por los fuertes sonidos de la concha marina ni por el del dundubhi.
IV_107. El yogui que supera todos los estados y se libera de todos los pensamientos, parece como muerto (es decir, inmutable ante los estímulos externos) y se halla liberado, sin duda alguna.
(hay cinco estados o avasthâ: jagrat, svapna, sushupti, murcha y marana)
Samadhi.
IV_108. Un yogui en samâdhi no resulta dominado por el proceso del tiempo (la muerte), ni por el fruto de las acciones (karma); nada ni nadie puede afectarle.
IV_109. Un yogui en samâdhi no recibe nada a través de los sentidos; no se conoce a si mismo ni a los demás.
IV_110. Aquel cuya mente no está despierta ni dormida, libre de los recuerdos y del olvido, para quien nada permanece quieto o activo, es realmente un liberado (jivanmukti).
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